REPORTAJES MIGUELON 18-05-2012
LA TRÁGICA MUERTE DE MI AMIGO PELLO
Se cumplen casi nueve meses de la muerte de mi amigo pello, que murió arrollado por un vehículo.
El 28 del presente mes se cumplen nueve meses de su muerte, el 28 de agosto de 2011, a las 7:40 de la mañana, un torcoroma que se movilizaba a gran velocidad atropelló a mi amigo causándole la muerte instantáneamente.
Pedro Manuel Castilla Torres, ebanista y pintor de brocha gorda nació y vivió en Arjona_Bolívar. Era un aficionado del deporte del ciclismo. Todos los domingos y algunos días de la semana tomaba su bicicleta y salía a practicar su deporte favorito. Era un eterno enamorado de esta disciplina, quien se desvelaba en las largas noches iluminadas por la luna y las estrellas, esperando a que el día deslumbrara con sus primeros rayos de luz.
Pello practicaba este hermoso deporte desde hacia aproximadamente veintitrés años cuando todavía era muy joven, y desde entonces no dejó de practicar.
Pedro Manuel tenia 50 años de edad, era padre de tres hijas. su esposa, Socorro Del Carmen Pájaro, nunca estuvo de acuerdo a que él practicara esta actividad ya que para ella era algo muy peligroso y lo aconsejaba para que no fuera a correr en bicicleta, pero él hacía caso omiso de sus advertencias.
Pello era mi mejor vecino y casi todos los días al pasar por su casa me llamaba y nos poníamos a hablar de ciclismo. Era nuestra pasión, nuestra vida, un estimulo que nos ofrecía la vida para ver lo lindo de ella. Tenia aproximadamente un año de haberlo conocido y desde entonces me empezó a hablar de este deporte y me entusiasmaba para que lo practicara porque era muy bueno para la salud y que influía positivamente en todas las actividades de mi vida. “Yo empecé a practicar este deporte hace aproximadamente veintitrés años y desde entonces no he dejado de hacerlo”. me decía en tono muy entusiasta.
Empecé a poner en práctica sus consejos. Me compré una bicicleta todo terreno y comencé a acondicionarla cambiándole los repuestos que él me decía. “Cámbiale las llantas que están muy gruesas, colócale el sistema de cambios, colócale un velocímetro”. Eran algunas de las recomendaciones que él me daba.
Al principio corría solo y recorría un tramo muy corto: de Arjona a Turbaco, luego aumenté el kilometraje, corriendo de Arjona al puente volado del cementerio de Cartagena. Era una nueva actividad para mí donde me sentía muy cómodo y realizado, era una actividad descubierta, era mi jovi, era como si lo tuviera todo en la vida, una completa felicidad,,era la vida misma.
Poco después empecé a correr con él. Nos poníamos de acuerdo la noche anterior sobre el trayecto que íbamos a recorrer y la hora en que nos íbamos a encontrar.
Fue ese trágico 28 de agosto de 2011 a las 7:40 de la mañana en la vía que de Arjona conduce a Gambote donde ocurrió el accidente. El día anterior a esta fecha mí amigo y yo nos pusimos de acuerdo sobre el trayecto que debíamos recorrer el día siguiente.
Me levanté como de costumbre a las 4:30 a.m., era domingo. Cuando pasé
por su casa, Pello estaba ocupado ayudando a su esposa a hacer unos pasteles como era costumbre, lo llamé y me dijo “vete alante que yo te alcanzo, pero dale suave”. Continúe mi camino e hice como él me había dicho, llegue al municipio de san Cayetano que era el final del recorrido pero aun no lo veía venir. Me devolví y cuando iba saliendo del pueblo divise un ciclista que a la derecha en la misma dirección en que yo conducía. Como cosa rara no lo conocí ese día, empecé a pedalear más rápido hasta que lo alcance y, sólo en ese momento supe que era él.
Comenzamos a charlar y me preguntó la hora; no recuerdo exactamente la hora, pero me dijo que tenía que realizar un trabajo, y que estaba muy atrasado. Pedro me instaba para que pedaleara más rápido a fin de no llegar muy tarde a su trabajo le obedecí y por todo el camino se le notaba muy desesperado. Cuando entramos al tramo que de Gambote conduce a Arjona, Pedro venía detrás de mí y de pronto grito pronunciando mi nombre 2 veces “Migue, Migue”, fue lo que dijo.
Se cruzo hacia el carril contrario encontrándose de frente con un torcoroma que de Cartagena se dirigía hacia la ciudad de Sincelejo.
Fue algo espantoso, me quede estupefacto en ese momento y solo volví en si cuando los pasajeros empezaron a bajarse del bus, me cerque para ver si estaba con vida, pero no, su cuerpo yacía ya muerto en el piso y un chorro interminable de sangre salía de la parte posterior de su cabeza. me retiré lejos de allí casi desmayado, no sabía qué hacer, los nervios se apoderaron de mí, me tire al piso pensando en su familia.
Luego me levante y le pedí a uno de los pasajeros que me prestara su celular para llamar a mi esposa y contarle lo sucedido. Ella se lleno de nervios al enterarse de lo sucedido y no se atrevía a contárselo a la esposa de mi amigo.
Pasaron aproximadamente 40 minutos cuando llegaron unos ciclistas de Arjona y así fue como pude venirme porque solo no lo hubiera hecho.
Al llegar a la casa de mi amigo se esposa adolorida me abrazo y me dijo; “te dijo que fueras adelante”.
Luego me empezó a preguntar sobre como sucedió el accidente. Nunca le he dicho la verdad, le digo que no vi nada porque venía delante de él.
“El me abrazaba y me besaba antes de partir como nunca antes lo había hecho, pero para adivino un Dios”. decía ella en su lamento.
Hoy día Socorro Del Carmen aconseja a mi esposa para que no me deje correr, pero yo sigo corriendo y volando libre como la brisa que viene del mar y inserta entre las montañas, llanuras y praderas, pero a la vez con ese sabor amargo que dejan los trágicos e inesperados accidentes que aveces nos toman por sorpresa.
Foto De Pello El Hoy Occiso
Tomada Por Miguel Castro - La Bagatela